14 Marzo 2023
La industria de gestión de activos, elemento clave en la canalización del ahorro hacia inversiones sostenibles
Luis Enrique Rodríguez Fraguas, Global Head of Insurance and Asset Management coverage
En los últimos años se han realizado múltiples estudios sobre la inversión necesaria para conseguir la neutralidad en nuestras emisiones globales. A pesar de que los resultados son variados, se suele aceptar que el mundo necesitará invertir en la transición entre un 7 y un 9% del PIB mundial anualmente. Según McKinsey, de manera acumulada deberemos invertir aproximadamente $275 billones hasta el año 2050.
En este entorno, cobra especial relevancia la canalización del ahorro hacia inversiones sostenibles: financiación a empresas en transición, proyectos de energías renovables, apoyo al desarrollo de nuevas tecnologías como el hidrógeno verde, etc.
La industria de gestión de activos maneja actualmente cerca de $130 billones lo que representa un 30% de los activos financieros globales y por tanto debe jugar un papel principal en el viaje hacia una economía descarbonizada. Actualmente, los activos bajo gestión con orientación ESG representan más del 15% del total con tasas de crecimiento muy por encima de la industria (en escasamente 7 años se han multiplicado por 10).
Desde diciembre del 2020, los principales actores en sostenibilidad del sector se agrupan en torno a la Net Zero Asset Managers Initiative (301 firmantes representando 59 billones de dólares de activos bajo gestión). Los firmantes se comprometen a apoyar el objetivo de “cero emisiones netas de efecto invernadero” en 2050 o antes en línea con la ambición de limitar el calentamiento global a 1.5°C frente a los niveles preindustriales.
En paralelo a esta iniciativa, Naciones Unidas promueve los denominados Principios de Inversión Responsable (5.319 firmantes representando más de $129 billones en activos) que, aunque no son exclusivos de la industria de gestión de activos, ha cobrado especial relevancia los últimos años. BBVA Asset Management es firmante de los principios desde el año 2021.
La forma en la que las gestoras de activos están apoyando los objetivos de descarbonización son múltiples: incorporación de criterios ESG en sus decisiones de inversión, oferta de alternativas de inversión 100% sostenibles, mejorando la transparencia e información ESG de cara sus clientes, implementando estrategias de “engagement” con las compañías en las que invierten incluyendo políticas de voto en juntas generales, etc.
Regulación para combatir el ‘greenwashing’
Uno de los mayores retos a los que se enfrenta la industria es el denominado ‘greenwashing’. Sigue siendo clave para combatir esta amenaza tener estándares homogéneos que permitan distinguir claramente lo que es una inversión sostenible de lo que no lo es. En este sentido, la Unión Europea ha atacado la problemática desde un triple ángulo: con la Corporate Sustainability Reporting Directive (CSRD) se mejora la información que publican las empresas sobre sostenibilidad basándose en la Non-Financial Reporting Directive (NFRD); la taxonomía establece criterios claros mediante un sistema de clasificación basada en una lista de actividades ambientalmente sostenibles; y la Sustainable Finance Disclosure Regulation (SFDR) crea un marco de publicación de información para entidades y productos financieros.
Bajo la SFDR los productos financieros se clasifican en artículo 9 (los que tienen definidos objetivos concretos de inversión sostenible), artículo 8 (los que promueven ciertas características ambientales o sociales) y artículo 6 (el resto).
Sin embargo, continúa habiendo mucha incertidumbre en la industria sobre la aplicación de la normativa. De hecho, en los últimos meses, grandes gestoras, líderes en el empuje de la sostenibilidad como Amundi, han decidido reclasificar sus fondos artículo 9 como artículo 8 ante el riesgo de una interpretación más restrictiva de la SFRD por parte de los reguladores nacionales.
Adicionalmente, también desde el regulador se han realizado modificaciones para incluir el ángulo ESG en normativas como MIFID II que han impuesto nuevas obligaciones a los gestores como por ejemplo recabar las preferencias en materia de sostenibilidad de los clientes.
El marco regulatorio sigue evolucionando y aunque aún haya incertidumbres, la industria sigue dando pasos en la buena dirección ya que el reloj del cambio climático no para.
En BBVA hace tiempo que estamos convencidos de la importancia de trabajar por un futuro más sostenible y por ello la sostenibilidad es una de nuestras prioridades estratégicas. En BBVA Corporate and Investment Banking no solo tenemos el compromiso de ayudar a nuestros clientes corporativos en su transición, sino que también apoyamos a nuestros clientes institucionales, como las gestoras de activos, en el esfuerzo común por alcanzar un futuro sostenible.